Valdenebro de los Valles. No quedan ya enebros, pero en el monte Las Liebres y en otros parajes abundan los robles y las encinas. También, en los campos permanecen los almendros, centinelas que antaño velaron señalando los límites de majuelos y otras propiedades, además de adornar –formando hileras- los senderos y caminos. Y estos días de mediados de marzo, están en plena explosión floral.
¿Quién, por aquí, no conoce el almendro? Es un árbol de tronco tortuoso, no muy alto, de hojas lanceoladas y flor blanca que puede llegar a rosada. Su fruto, el almendruco, guarda la almendra que se come cruda –bien seca mejor-, tostada, frita o garrapiñada, y se usa en confitería para preparar deliciosos manjares como mazapanes, turrones, guirlaches… Claro que también hay almendras amargas, usadas en farmacia. En medianas o grandes cantidades, las amargas pueden resultar ¡mortales!
¿Nos darán almendrucos estos almendros que ahora florecen o se habrán adelantado como…? Estos últimos años han sido excepcionales para nogales y almendros de la comarca. Esperemos que la cosecha 2014 se igualmente buena.
La pena de todo es que los almendros en flor no permanecen. A los pocos días de florecer, nos los encontramos ya verdes, con hojas. La flor se fue con el primer soplo de aire o con los hielos nocturnos. Pero también es cierto que el almendro es el primero en anunciar la primavera. Luego, un sin parar de actividad se sucede en árboles, arbustos y hierbas.
En todo caso, éste es el momento de contemplar los campos de almendras espumosas, que dijo el poeta.
Para rematar el paseo por Valdenebro, podemos acercarnos a Las Liebres y contemplar cómo se encuentra los robles: ¡desnudos todavía! Les quedan dos lunas para echar hoja. Con un poco de suerte pudimos comprobar que aquí se esconde una fauna variada: vimos un viejo y corpulento zorro, de pelaje marrón obscuro y, un poco más tarde, dos corzos pastando en la rastrojera. En cuanto nos vieron, se escondieron en lo profundo del bosque.
Preciosos los almendros,en esta época dejan paisajes muy bellos, lástima que con el abandono del campo ya no se les haga mucho caso y en algunos casos se les considere más un estorbo que otra cosa.
Es curioso lo de los corzos, yo paseando por el campo me he encontrado con ellos unas cuantas veces, me resulta curiosa esa «abundancia» en los últimos tiempos, ¿alguien sabe a que puede ser debido? muchas gracias y un saludo