A más de uno nos hubiera gustado recibir la nieve desde la bici, pero no fue posible. Nos tuvimos que conformar con un breve paseo andando por la ribera del Pisuerga para disfrutar de la primera nevada de este otoño. El pasado miércoles, después de toda la noche lloviendo, a las nueve caía agua nieve y media hora después grandes copos adornaban el ambiente.
Pudimos dar un paseo por la ribera y comprobamos que estaba cuajando como pocas veces. Claro que duró muy poco. Unas tres horas. Cuando dejó de nevar empezó a deshacerse la capa blanca. Pero fue suficiente, pues ya se sabe, como «en Valladolid nunca nieva», lo poco que nieva se agradece. ¡Hasta la próxima nevada! (A ver si nos pilla con la burra)