Dejamos la cañada de Peroleja [ver la entrada anterior] bajando por un arenal (o barrizal, depende de la estación), desde la fuente de Baitardero al Valcorba. Pero hoy esperamos a esta vía pecuaria ya arriba, en el páramo de Montemayor. A ese punto hemos llegado en bici y por carretera desde Santiago del Arroyo, pasando por Camporredondo y Montemayor, donde tomamos el camino del Pinar y luego el de Cogeces del Monte, para acercarnos al cerral precisamente por donde llega la cañada. O cordel, que en la mayoría del trazado tuvo la anchura propia de esa vía.

Bueno, pues la cañada viene de la ladera saltando una alambrada casi en el mismo cerral. Tal cual. El lugar es precioso, nada menos que un bosque cerrado de matas de encina con algunos robles y pinos. Pero ya se ve que no se utiliza en absoluto esta vía pecuaria. ¿Qué año sería el último en que pasaron por aquí las ovejas?
Sigue la cañada por un senderillo, por el monte, con restos de postes de la luz. A la izquierda bajos dejando el vallado y bordeamos La Fraila, que antes atravesaba. Cruzamos la carretera de Montemayor a Torrescárcela y nos perdemos en el pinar. Acabamos parados por una valla pero aplicamos el principio de que toda muralla tiene su punto débil, así que la recorremos unos metros hasta encontrar una rendija por la que cabe la bici en horizontal. Y nosotros tras ella.

Volvemos a tomar nuestro cordel, que ahora es un precioso camino entre pinos. Nos desviamos ligeramente y en la carretera de Viloria lo volvemos a tomar. De nuevo pinos. Aquí hay abundancia de pastos y antaño, tal vez, el pinar era monte bajo, pues abundan los restos de tapias bajas de piedra…
Cuando se está acabando el pinar, cambiamos de término, pues entramos en San Miguel del Arroyo. Unos metros de cañada –ahora más bien vereda- entre sembrados y nos introducimos en un amplio erial dedicado a pastos. Aquí los merinos podían expandirse a sus anchas. Las bicis tienen cierta dificultad para rodar y parecen avanzar al ritmo del ganado. Todavía el pasto está verde. Pasamos junto al chozo y corral de las Ánimas. A quinientos metros, más corrales. Claramente es una zona ganadera.

Otra zona dedicada a pastos se extiende por el páramo en la otra orilla del arroyo de Fuentes Claras, de forma que la cañada atraviesa el valle en perpendicular. Finalmente se asoma a San Miguel por la zona (hoy) de antenas, baja al arroyo del Henar y sube al páramo de la orilla izquierda por la ladera de las bodegas. Curiosas bodegas que recuerdan fortificaciones de guerra…
Ya arriba, y debido a la concentración parcelaria que ha levantado nuevos caminos, se ha perdido el trazado de la cañada. Sin embargo, es curioso que esos caminos mantienen al lado su propia vía pecuaria. O al revés. En todo caso, es un buen detalle de los técnicos actuales.

Seguimos como podemos la cañada o cordel hasta la asomada al valle de Cogeces. Aquí la tenemos que dejar de nuevo porque nos damos de bruces con una buena alambrada. Así que bajamos por la carretera y, ya muy abajo, junto al cerrillo Jardinero, la volvemos a tomar. Y entramos con ella, por la ermita, en Cogeces de Íscar, donde se encuentra con un ramal de la cañada leonesa oriental.
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Por el momento dejamos aquí esta vía pecuaria, que cruzaba el Cega en Megeces y seguía hasta Alcazarén por el trazado de la actual carretera, salvo en la última parte, que se desviaba ligeramente por el pinar de Martín Velasco para entrar por la ermita de la Virgen de la Vega. De Alcazarén seguía a La Mejorada por la puente Mediana sobre el Eresma y luego, por el puente del Negral del Adaja, a Pozal de Gallinas y Medina del Campo. Pero en todos estos lugares se iba cruzando con los rebaños de la sierra de León y podía aprovechar sus cañadas y cordeles. Los de Burgos solían salir de la provincia por Fresno el Viejo.

En cualquier caso, desde Castrillo de Duero hasta estos parajes, era una cañada que atravesaba la provincia de este a suroeste; solitaria, no muy transitada; no gustaba de líneas rectas, sino curvas o en zigzag; cruzaba páramos y vallejos; buscaba pastos en eriales y montes, como no queriendo verse con agricultores… Así que, debido a todo esto, la hemos perdido mucho antes de lo que nos hubiera gustado…
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Desde Cogeces volvemos por el arroyo de Valseca que sube al páramo y bajamos justo al divisar la localidad de Santiago. Este fue el itinerario seguido.
