Zapatitos de la Virgen

Alguien, hace ya unos cuantos años, aprovechó una de las primeras arcas reales  (que data de 1588) como mural para su expresión artística (!). Casi al mismo tiempo, un zapatitos de la Virgen decidió que era buen sitio para nacer.

Así no vas a llegar a viejo, no tienes espacio para sostenerte y nutrirte bien, le dijeron.

No importa -contestó- disfrutaré de la luz, la lluvia y la vida el tiempo que me corresponda y seré feliz, siempre merece la pena vivir y más en primavera. Aunque estés casi emparedado. (O confinado que diríamos hoy)

Y así estaba un 18 de abril de 2004.