La raya

La raya, en los terrenos, tiene un significado neto: límite de una nación, provincia, región o distrito. En nuestras rodadas por la provincia hemos atravesado o seguido muchas rayas, sobre todo al cruzar de un término municipal a otro. Así, la Peña Rayana, entre Cabezón y Cigales. También –donde limitan tres términos municipales- las Tres Rayas.

Pero esta vez hemos ido más lejos y nos hemos llegado hasta el río Manzanas, en la raya de Portugal, entre este país y la comarca zamorana del Aliste.

Pradera en Trabazos

Salimos de Trabazos, el último pueblo de Zamora antes de llegar a la frontera por la carretera de Braganza. Es un pueblo en cuesta –preludio de lo que iba a ser esta excursión- y con abundantes castaños. Tomamos dirección oeste por el camino de Santiago y, entre escobas amarillas, jaras y robles nos plantamos en la falda del cerro El Pedroso. Ocultas entre ramas de roble dejamos las bicis y subimos andando hasta la cima, con su vértice geodésico en los 764 m de altura. Desde arriba se divisa una gran extensión de terreno montañoso cubierto de vegetación, con la sierra de la Cabrera al norte. También pudimos contemplar los restos amurallados de lo que fue un castro de la edad de Bronce.  España al este, Portugal al oeste.

Panorama desde El Pedroso

De nuevo en las bicis, una pista nos fue bajando hasta el río Manzanas, que cruzamos por un vado, cerca de Urrieta, topónimo de origen vasco que curiosamente abunda en Aliste. Ya estábamos en Portugal, que aprovecha el río con una presilla para hacer una espléndida piscina natural.  Dimos un corto paseo hasta la fuente da Ferrada y subimos enseguida  a Quintanilha, tranquilo pueblo portugués que reconoce en un bajorrelieve de su plaza a Regina Quintanilha, primera mujer abogada de Portugal.

Cruzando la raya

Nos fuimos río abajo visitando algunos molinos ocultos en la densa ribera: de Bornés, da Ribeirica… hasta que cruzamos de nuevo el río para aparecer en España por la vieja aduana de la carretera de Alcañices, con descanso a continuación en San Martín del Pedroso.

Y por si no hubiéramos tenido suficiente con la subida al castro, empezamos a subir desde el río a La Majada, casi 200 m de desnivel de nada. Cierto que la subida no era fea: prados repletos de flores, pinos espigados, castaños, algún roble, y viejas tenadas y chozos de pastor. Menos mal que arriba respiramos.

Hincones en San Martín

De repente, una bajadita de nada a uno de los arroyos del río Cuevas y  ¡vuelta a subir! Lo peor fue la bajada al río Cuevas (precioso, eso sí, escondido entre fresnos y robles) pues nos tuvimos que apear de la bici, tal era la verticalidad de la ladera. De ahí, dejando a la derecha el barranco Tribulares, otros 100 m de subida hasta la carretera de Latedo.

Ribera de Arriba

Desde esta carretera caímos al río de la Ribera de Arriba, que serpeaba entre prados esmaltados de margaritas y otras flores, e incluso la misma superficie del río, en sus remansos, estaba cubierta del blanco de los pequeños nenúfares. Un lugar paradisíaco, la verdad. Aunque mucho nos tememos que la primavera alistana tiene sus días contados.

Un falso llano

Pues otra vez a subir, ahora hasta las proximidades del Bostal, una casa de aspecto sombrío en medio del monte bajo, cerca del cueto de Urrieta (va repe). Y a descender una vez más, ahora por la fuente del Bostal y cruzar de nuevo el río de la Ribera de Arriba, entre una densa chopera. Paramos a ver las ruinas de un viejo molino, totalmente invadidas por zarzales que nos impidieron el paso. Aún nos quedaba otra subida antes de regresar a Trabazos, donde nos paramos ante la ermita de la Soledad. En total, hemos superado casi mil metros de desnivel positivo, frente a 40 km de recorrido, que podéis ver aquí. Eso sí, la primavera de Aliste, insuperable. Como las cuestas.

Autor: piscatorem

Los autores de este blog somos Federico Sanz (textos, fotos) y Óscar Domínguez (mapas, documentación). Tenemos escritos 7 libros de viajes y rutas, y un montón de artículos en diferentes revistas. Además, seguimos saliendo en bici todas las semanas. Si quieres, estas invitad@.

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