De Carpio a la Guareña por la cañada de Salamanca

La provincia de Valladolid se encuentra atravesada por una densa red cañariega. Una de las cañadas que parte de Medina del Campo es la denominada cañada de Salamanca, que toma la dirección suroeste y enfoca, precisamente hacia la ciudad que, según Unamuno, es  académica palanca para contemplar Castilla.

Fue cañada de 90 varas, hoy es cordel, pero no llega a las 45 varas en casi ningún punto del tramo que en esta ocasión hemos recorrido.

Hacia Fresno el Viejo

Tanto Medina como Salamanca constituyeron  dos núcleos importantes para la ganadería, con sus ferias y mercados correspondientes. Esto hizo que nuestra cañada fuera muy concurrida… en otros tiempos. Por aquí circuló el vacuno de las dehesas del Campo Charro. Y, por supuesto, también cruzaron las merinas de las sierras de León y Burgos. De hecho, al menos legalmente, también recibe el nombre de cañada real burgalesa. A efectos  de deslinde y amojonamiento porque, eso sí, se encuentra  perfectamente amojonada en su tramo vallisoletano.

Cauce del Trabancos en Fresno

 

Desde Medina el ferrocarril de Salamanca sigue el trazado de la cañada, ocupando parte de su superficie.  También la carretera de El Campillo le ha pegado un buen mordisco. Por no hablar de los campos colindantes. Pero no hay problema, la cañada es generosa y tiene para todos.

A Carpio del Campo llega desde el histórico lavajo de Lavanderas y cruza por la calle Real para salir hacia Fresno el Viejo, donde la carretera y los campos la han dejado esquilmada. De hecho la cañada es la carretera y sus cunetas, prácticamente. Para estos mojones no hacían falta alforjas. El ferrocarril deja de ir en paralelo a la cañada para atravesarla en diagonal y ésta cruza el arenal que hoy se denomina río Trabancos. Al menos conserva sus fresnedas y alamedas, algo es algo. Y un largo abrevadero para el ganado en la orilla izquierda. Cruza Fresno pasando muy cerca de la joya románica de San Juan y sale a campo abierto, manteniendo su rumbo, para atravesar el arroyo del Lanzón. Seco, claro. Menos mal que al lado hay otro pozo y abrevadero con agua.

Abrevadero

A partir de aquí continúa convertida en una amplia pista de buen firme. En algún momento quiere volver por sus fueros perdidos, pero no le dejan. Hasta los mojones se internan en campos de cultivo para señalar –teóricamente- hasta llega la cañada o cordel. Pero nada más.

Dejamos a la derecha un lavajo seco y señalado por árboles raquíticos; alguien lo ha hecho más profundo buscando agua, pero nada. Los restos de un abrevadero señalan que en otros tiempos sí hubo agua.

Hacia Salamanca

Por lo demás, esta cañada tiende a seguir una línea más o menos recta, va atravesando entre campos de labor y mantiene altura con subidas y bajadas suaves, casi imperceptibles. Campos abajo y cielos arriba. Y poco más; en algún momento sobresale la torre de la iglesia de Torrecilla de la Orden.

Llegamos a la fuente del Pocillo. ¡Qué pena!: seca, destrozada, degradada. Debió ser muy original, con su esbelta contera y un abrevadero doble y largo. Ya se ve que los ganados de aquellos tiempos tenían agua asegurada en este trayecto.

Fuente del Pocillo

Cruzamos la carretera de Torrecilla a Cantalapiedra y al poco seguimos justo por la raya de Fresno y Cantalapiedra, que es la misma que separa Valladolid y Salamanca. A la izquierda hubo un lavajo, hoy un amplio agujero seco y al entrar en la provincia de Salamanca ¡oh, sorpresa!, la cañada pierde el amojonamiento pero recupera su antigua anchura. ¡Curioso! Ya se ve que en unos sitios la han tratado mejor que en otros. A ver si la amojonan también por aquí, no sea que empiece a adelgazar sin remedio…

Tras una suave bajada en una zona de monte de encinas y pinos hemos llegado a nuestro destino: el caserío o finca de La Carolina, junto al menguado río Mazores, que desemboca a poco más de 3 km en el Guareña, a la altura de Olmos.

Los álamos del fondo señalan el río Mazores

Volveremos por Cantalapiedra, localidad por la que no pasa la cañada pero sí el tren, que se desvío de ella. Pero volverá a unirse con ella 7 km antes de llegar al Pedroso de la Armuña, para luego seguir juntos hasta la misma Salamanca.

 

Autor: piscatorem

Los autores de este blog somos Federico Sanz (textos, fotos) y Óscar Domínguez (mapas, documentación). Tenemos escritos 7 libros de viajes y rutas, y un montón de artículos en diferentes revistas. Además, seguimos saliendo en bici todas las semanas. Si quieres, estas invitad@.

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