Renacimiento en Olmedo

Olmemdo y bodones

Las lluvias caídas últimamente han devuelto el paisaje a su estado normal: las fuentes vuelven a manar, los bodones pueden nombrarse como tales, los arroyos llevan agua y algunos ríos hasta quieren desbordarse. Claro que los ciclistas hemos de salir a pasear sabiendo que puede caernos un buen chaparrón y que, al estar la tierra mojada, las ruedas tienen a pegarse al suelo, y hay que gastar mas fuerzas al dar pedales. Pero compensa por ver el campo húmedo y hasta verde; todo augura una buena primavera.

Este paseo lo dimos por las tierras de Olmedo –Aguasal, Llano, Fuente Olmedo- hace unos días, y su recorrido no supera los 31 km.

Almendros

Las fuentes

Descubrimos, en la linde de un pinar, la fuente Lavar, rodeada de huras de conejos y manando el agua de la misma arena. No pudimos decir lo mismo de la fuente      , desaparecida hace unos años. Sólo quedan los restos del abrevadero.

¡Y maravilloso el paraje del Pilón de la Reina! Una ladera, un prado de un verde brillante, un buen chorro de agua, un generoso abrevadero, tres álamos a los pies y, al fondo, los bodones Blanco y Juncial.

Claro que tampoco debemos olvidar las fuentes del propio Olmedo, como por ejemplo la fuente del Caño Nuevo, de Carlos III, que surte de agua al antiguo lavadero, de 1927 cuando era alcalde Federico Sanz.

la laguna
la laguna

Los bodones

No es que estén desbordados, ni mucho menos, pero la mayoría tienen agua. Casi todos los largos humedales de la zona tienen unos dedos de agua en muchos puntos; en las hondonadas se han formado charcos y los clásicos bodones tienen agua: ahí está el bodón Blanco –antaño tuvo anejo un balneario- con un charco central y otro alrededor en forma de anillo; el bodón Juncial que esconde el agua entre los juncos y con el camino que lo atraviesa intransitable; el de Grijota,  el de la Vega, el Guarrero, el humedal de la Cochilla

Después de comprobar que algunas lagunas de la raya de Segovia estaban secas, tal vez a consecuencia de las alcantarillas de drenaje, vimos que la laguna de Caballo de Alba había vuelto por sus fueros y tenía un nivel aceptable, a pesar de que no tiene casi fondo. Su ancho se aproximaba a los 500 metros. Patos y gaviotas se movían a sus anchas.

Hondonada de Aguasal; el páramo al fondo
Hondonada de Aguasal; el páramo al fondo

..y los miradores 

Estas tierras de Olmedo no son tan llanas como parecen. Pasamos por diferentes miradores sobre el valle del Eresma y su alfombra de pinares y al fondo los páramos con el castillo de Íscar, o la hondonada de Aguasal con innumerables charcos y el AVE corriendo de punta a punta.

Una agradable excursión, como tantas otras. Con sol y sin barro hubiera sido más agradable aun. Pero no se puede pedir todo.

Fuente de los Arenales