San Román de Hornija, o el descanso de Chindasvinto

San Román de HornijaSan Román se extiende por una ladera que mira hacia el oeste y cae hacia el Hornija, no lejos del amplio valle del Duero. Por su término municipal también atraviesa el río Bajoz. Hoy sus tierras sostienen muchas y buenas cepas de la Tinta de Toro, que dan un excelente caldo, modernas bodegas envejecen el mosto y el pueblo parece vivir una nueva pujanza económica donde las ruinas sólo se ven, por desgracia, en la vieja casa prioral. Pero vayamos por partes.

Los orígenes de San Román se pierden en la noche de los tiempos. En el prado de la Requejada ha escondido tres esqueletos de la edad del Bronce durante milenios. Y tuvo sus tiempos romanos, a juzgar por la columna que vemos en la iglesia.

Viñedo
Viñedo

El descanso de Chindasvinto

Vayamos ahora al priorato de los benedictinos, edificio del siglo XVIII -que se está cayendo al lado de la iglesia- donde vemos cinco columnas y tres capiteles mozárabes, en mármol, que nada tienen que ver con la austeridad castellana. Y es que precisamente aquí quiso descansar el rey Chindasvinto -¿qué tendría este lugar?- junto con su esposa -¿o hija?- Reciberga. Lo cuentan las fuentes y lo ratifica la tradición, y aún podemos ver restos en una capilla-museo de la iglesia.

No queda nada de aquel primitivo monasterio de Chindasvinto, enterrado aquí en el año 653. Se debió de construir otro mozárabe hacia el siglo X, que tal vez fue destruido por Almanzor y volvió a ser reconstruido hacia el siglo XI. De siglo IX-X vemos una piedra con inscripciones funerarias en el muro de una capilla del siglo XVIII que da precisamente al pórtico del priorato.

Casa del Priorato benedictino
Casa del Priorato benedictino

Y hacia el siglo XVI el antiguo templo fue demolido para construir el que hoy vemos.

En el siglo XIX el obispo de León Joaquín Barbagero, hijo del pueblo, coloca la famosa inscripción del texto compuesto por San Eugenio de Toledo para Regiberta, que leemos en la iglesia, junto a los restos de los reyes.

Capitel mozárabe
Capitel mozárabe

Todo esto parecen trasmitirlo las piedras. A juzgar por las columnas, capiteles y otros restos que se conservan en la capilla, ¡qué hermosura debió tener el monasterio mozárabe: lo nunca visto en Castilla! Incluso los estudiosos se atreven a decir, por los restos que quedan, que fue el más magnífico de los mosnasterios mozárabes leoneses.

La bodegas

Cruzando a la orilla opuesta del Hornija por el puente romano, como metidas en los pliegues del cerro, descubrimos las bodegas. Son diferentes a las que normalmente hemos visto en cualquier otro pueblo de la provincia. Grandes de portada, amplias por dentro, con una entrada o boca que va apartando la tierra para preparar la bodega. No se solucionan con una simple puerta, sino que muchas llegan a parecer la fachada de una casa.

Vieja bodega
Vieja bodega

En medio del conjunto, una alameda con mesas para almorzar. Hoy vemos una fuente moderna y los restos de la antigua, que se alimentaba de un manantial.

 Fuentes y lagunas

 En la localidad hemos de visitar el Caño Viejo, con la típica arca que recogía las aguas para beber; los animales podían beber en el mismo Hornija y en el pozo junto al puente.

También nos acercamos a la fuente del Caño, ya en el término de Morales de Toro. Este paraje sería agradable si no estuviera tan lleno de basura. Una pena. De la fuente todavía mana abundante agua.

Laguna de Enmedio
Laguna de Enmedio

En la zona del paramillo, las arenas parecen conservar bien el agua: ahí tenemos la laguna de Enmedio, y otros encharcamientos que surgen con facilidad en época de lluvias. Y ya abajo, en los valles, las últimas graveras han provocado lagunas artificiales debido a lo próximo al suelo que se encuentra el nivel freático. El prado de la Requejada se encuentra en buena parte encharcado.

 Miradores

 El cerro del Rebollar, que separa Hornija y Bajoz es ideal para contemplar los valles de ambos ríos, y el del Duero. Igual se puede decir del borde del páramo que va desde San Román hacia la dehesa de Cubillas: el amplio valle del Duero a nuestros pies.

Valle del Bajoz
Valle del Bajoz

Al Oeste se distingue la perfección vertical de la torre de la Colegiata de Toro y otras torres de pueblos zamoranos.

La dehesa y las viñas

La dehesa de Cubillas pertenece al término municipal de Castronuño, pero es más fácil acceder a ella desde San Román que desde aquel pueblo, en la otra orilla del Duero. No obstante, San Román también tiene monte, en su mayoría de pino y muy arenoso, para fastidio del ciclista. Pero es espléndido para contemplarlo.

Camino entre viñas
Camino entre viñas

El extenso terreno dedicado a viñedo nos llamará enseguida la atención por el enorme tamaño de los cantos rodados. La mayoría no se puede levantar con una mano y algunos, ni con dos. ¿Algún geólogo nos puede decir la causa de estas dimensiones? ¿O es que en la comarca las proporciones son otras, como en el caso de las bodegas?

 Duero, Hornija, Bajoz

 Lo que sí sabemos es que este paisaje ha sido diseñado, al menos durante los últimos millones de años, por tres ríos: Duero, Hornija y Bajoz. El Duero se dobla aquí hacia el sur, formando una gran rodilla en Castronuño, posee preciosas riberas y, en ellas, los restos de agradables casas de labor con prados y frutales.

Bajoz
Bajoz

Los otros dos, rompen el paramillo en pequeños cerros para entrar juntos y descansar en el padre Duero, cerca de la alameda de la Rinconada. El Hornija contó con dos molinos; hoy solo podemos visitar el de Arriba, convertido en un palomar arruinado. Con dos ojos y de dimensiones reducidas –proporcional al río- tenemos el denominado puente Romano, que evidentemente no es romano, pero seguramente alguno de sus antecesores en este mismo lugar sí lo fue.

El Bajoz movió la piedra de un molino muy cerca de la fuente del Caño, pero no queda ni rastro, sólo la huella del caz.

Recorrimos unos 36 km. Lluviosos los primeros, soleados algunos.

Puente Romano
Puente Romano

Algunos enlaces: excavaciones; el monasterio; poema de San Eugenio.

Autor: piscatorem

Los autores de este blog somos Federico Sanz (textos, fotos) y Óscar Domínguez (mapas, documentación). Tenemos escritos 7 libros de viajes y rutas, y un montón de artículos en diferentes revistas. Además, seguimos saliendo en bici todas las semanas. Si quieres, estas invitad@.

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