Algo menos de 40 km
Arena y barro
A la salida de Mojados el camino estaba perfecto, a pesar de que había llovido de firme el día anterior. Conforme nos acercábamos a Aldea de San Miguel, la arena estaba mas suelta, y llegó un momento en el que a pesar del plato pequeño y el piñón grande, avanzábamos con gran esfuerzo. Lo peor se presentó en la última parte de la subida por Valdelamuerta. La greda se pegaba a las ruedas y nos impedía rodar: quedamos atrapados. De manera que a quitar el barro con paciencia y ¡bici al hombro! hasta el Llano y su pinar.
El valle del Cega a vista de pájaro
El pinar estaba excelente para rodar. Caminos con algún charco, pero sin casi barro y con la piedra caliza a flor de suelo para apoyar las ruedas limpiamente. Así llegamos a asomarnos al valle del Cega, primero por la zona de los cortados de caliza: Cogeces de Íscar al fondo, Megeces más cerca y con explosiones de cohetes porque la Asociación la Fe de Socorros Mutuos de la clase obrera sacaba en procesión al Santo Ángel de la Guarda, la hilera de chopos del Cega, el pinar de Hernando, el Montón de Trigo, el barco de los Mellizos… ¡Qué descansada vista, después de tan cansada subida!
Puente y molinos
Luego, bajamos hacia el valle pero sin llegar a cruzar el Cega por el vado: todavía estamo sen invierno, con el agua demasiado fresquita. Nos acercamos también hasta el molino de Arriba, en el arroyo milagroso del Henar, como se le conoce por aquí. Aunque da la impresión de que el molino está totalmente arruinado, todavía puede verse su larga y estrecha balsa, sus dos bocines y sus dos cárcabos, dos palones, una cabria, la llave del bocabocín, y diversa maquinaria entre la que destaca un cernedor.
El molino de Abajo por ser privado está mejor conservado, pero no se encuentra visitable.
Y llegamos al viejo puente que salva el Cega con un solo y limpio arco, muy aéreo y esbelto. A su lado, una fuente en la que reponerse. En verano los chopos de la ribera dan sombra y frescor al río y al caminante que aquí quiere detenerse y descansar.
La cueva del tío Botas
En la ribera del Cega, aguas arriba de la presa que construyeron hace poco descubrimos la cueva del tío Botas, agujero construido por el hombre o la naturaleza en una de las pocas zonas de arenisca. Según nos contaron en Megeces, el tío Botas tenía una fábrica de achicoria en Cuéllar, se deshizo de su mujer metiéndola en el horno de la fábrica e hizo esta cueva para esconderse. De poco le sirvió, pues acabó con sus huesos en la cárcel. Esto dice al menos una versión de esta leyenda. Otra, con alguna variante, la podéis leer aquí.
Y el páramo
La vuelta la hicimos subiendo al páramo del Esplegal para tomar la dirección suroeste y llegar a Mojados. Las ruedas se pegaban demasiado al camino, pero sin llegar a impedirnos la rodadura. En la línea del horizonte se dibujaban robles desnudos y en algún momento vimos Portillo y también las proximidades de Olmedo.